Texto: Lissette Irina Montero Almaguer.
Fotografías: Iván Guzmán Materno.
Holguín, Antilla, 7 de enero de 2011/ A las 6:30 a.m. el cielo está despejado, gaviotas y alcatraces surcan el cielo, hacen maniobras precisas como los más experimentados pilotos. El horizonte está enrojecido; la salida del sol es un parto de luz. Hoy Dios ha pintado el tapiz celeste con óleos mágicos, es otro de los regalos que ofrece por la presencia de la Virgen María en las aguas donde fue hallada, es un presente para el pueblo que la acompaña.
Por el muelle de El Ramon
La llegada de la lancha “El Mediterráneo”, crea expectativas en todos los presentes. La maniobra de colocar a la Madre en el techo de la lancha es una hazaña ardua, un tanto dificultosa, pero gracias a Dios todo sale conforme a lo que hemos previsto. Cuatro personas en el techo de la lancha ayudan a colocarla en la parte superior de la embarcación, para que la nueva tripulante realice un viaje que traiga la esperanza y la alegría a su pueblo. 
Antes de partir de El Ramon
Hoy, a casi 400 años de su hallazgo en este sitio se le da nuevamente la bienvenida; hoy los tres Juanes es todo un pueblo que la venera y quiere ser bendecido por sus gracias. Se coloca un toldo para que el sol no dañe la urna ni la imagen, y con sogas la sujetan a las barandas. El padre Pablo Emilio y un equipo le sirven de tripulantes.Zarpamos del muelle. La lancha deja a su paso una estela de espuma. Un niño en brazos de su madre exclama: Yo la vi. Se le ve la cabecita. La gente saluda, alzan las manos, tiran besos, ofrecen flores y hacen gestos de devoción, oración y respeto. Una bandada de aves surca el cielo en señal de saludo a la Patrona de Cuba.
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