El Cine Sonoro llega a Holguin un 24 de Junio.

Isidro Maldonado Rojas, el màs decidido de los empresarios, trajo el cine sonoro a la ciudad de Holguin.

                                     

Fue la noche del miercoles 24 de Junio de 1931, en que se llevò al lienzo del Teatro Oriente la pelìcula toda dialogada en idioma español "El Codigo Penal" de la marca Columbia Pictures, cuya trama se desenvolvìa en una càrcel, teniendo como protagonistas a Lupita Tovar, Carlos Villarias, Ramon Parea y hasta el gibareño Renè Cardona.



                                  


Para esto se hizo la inversion necesaria para adquirir los equipos Vitaphone y Movietone System de la General Electric Company.

Como operador actuò Pedro Pedraz Fornaris, que habìa pasado un cursillo en el Circuito de Ernest P. Smith, de la Habana.

Inicios del Cine Sonoro en Holguin

Vamos a entrar en el cine sonoro en que la realidad se perfecciona pero donde el arte va a perder en gesto, expresion y mimica. 

La inmensa mayoria de los idolos del cine mudo se evaporaron ante la exigencia de la palabra hablada. Quedaron Chaplin, Joan Grawford, muy pocos.

El cine sonoro -como todo- era muy desmejorado en sus principios porque la imagen se filmaba y la voz de los protagonistas se grababa aparte en un disco, y a veces -la mayoria- por cortes en la pelicula se rompia la coincidencia, y todo lucia como un matrimonio mal avenido, sin reconciliacion entre marido y mujer.

El progreso de la foto electrica remedio el mal y el sonido se incorporo a la cinta mediante unos hoyitos en el celuloide, la misma tecnica de los rollos de pianola.

Nota tomada de escritos de Juan R. Albanes.

Foto Maceo mirando a Marti, por esa esquina se ubico el primer Teatro de Holguin nombrado "El Coliseo"

La Vivencia del Cine Sonoro en Holguin.

La vivencia del cine sonoro en Holguin fue tal, que allá por los años 27, 28, 29, se llegaron a emplear medios ingeniosos con instrumentos elementales para imprimir realismo al cine mudo.

 

 Cierta vez se pasaba la película Ramona en el teatro Martí, ocasión que agarró Juan Reina, para hacer el doblaje del indio desposeído que ha perdido a su hijito, y que, serrucho en mano construye la cajita de muerto que le acompañara hasta su sueño definitivo. Allá entre bastidores, Juan Reina con su serrucho hizo sincronización okey con la imagen.                                                    

               

Es deber consignar que las orquestas hermanos Coayo, del Cine Oriente y los hermanos Avilés del cine Martí y la pianista Maria del Carmen Ochoa ofrecían música, conforme al tema y ambiente de la película.

Esos esfuerzos, modestos, si se quiere, dentro de los alcances limitados de su tiempo, tambien deben formar parte de la historia del cine parlante en Cuba.

Nota tomada de escritos de Juan R. Albanes M.