A LOS GIBAREÑOS EN LA DIÁSPORA REUNIDOS PARA EL “DESAYUNO GIBAREÑO”Queridos Hijos:
¡Que la Paz de Cristo abunde en sus corazones!
Les escribe quien, por la gracia de Dios, es el párroco de Gibara. Mi nombre es Ángel Andrés González Guillén, tengo 30 años y en agosto próximo celebraré mi quinto aniversario de ordenación sacerdotal.
Nací en Potrerillo, un pequeño poblado que me satisface decir “está al otro lado de la Bahía”. Muchos de ustedes sabrán que, antes de la nueva división político – administrativa, Potrerillo pertenecía a Gibara. Me temo que por eso es que me siento tan a gusto en este rincón paradisíaco; que me llena de orgullo ser párroco de un pueblo que tanto ama y defiende su terruño, sus costumbres y tradiciones y que tan generosamente recibe a los que llegan. Hace sólo seis meses que llegué y ya soy de los que necesitan este aire y este aroma de mar que no se comparan con nada del mundo.
Agradezco infinitamente al Sr. Pérez – Montejo esta posibilidad que me ha dado de poder hablarles a ustedes. ¡Se hace tan necesario en esta hora crear vínculos de comunión! Les puedo asegurar que, desde que estoy aquí, no ha habido gran celebración en la que haya faltado una súplica por tantos gibareños que viven y sueñan fuera de su pueblo querido, seguro que casi todos familiares o amigos de quienes cada domingo acuden a nuestro majestuoso templo para poner ante Dios sus alegrías, sus preocupaciones, sus tristezas y sus esperanzas. Sepan que este es también su lugar y desde aquí, Dios oye hablar de ustedes y recoge también los gemidos inefables conque el Espíritu ora en sus corazones.
En el pasado mes de abril, resultaba premiada en el Festival de Cine Pobre, una película de Enrique Pineda Barnet, titulada “La Anunciación”. Tal vez ya la hayan visto muchos de ustedes, o quizá oyeron hablar de ella. El tema es, precisamente, la reconciliación de la familia cubana, dividida de tantas formas. Hablo de esto porque me gustaría recomendarles ese filme. En la Parroquia lo vamos a proyectar muy pronto. Pienso, parafraseando el título, que el día de esa reconciliación está anunciado.
No quiero ni debo cansarlos con mis palabras. Sólo pretendía saludarlos y desearles todo lo bueno que Dios sueña para sus hijos, recordarles que estamos en comunión y confiarles que anhelo que esta oportunidad sirva para estrechar más los vínculos que ya existen entre ustedes y sus familias, entre ustedes y su querida Villa Blanca.
Hay un sencillo boletín parroquial: “Desde mi Barca”, que ustedes pueden consultar en el blog del Sr. Pérez Montejo.
Igualmente, me daría mucha alegría recibir sus comunicaciones.
El e-mail es: pangelandres@obiholguin.co.cu
Gracias a todos y reciba cada uno de ustedes y sus familias (de ambos lados), la copiosa bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
P. Ángel Andrés González Guillén
Párroco de San Fulgencio de Gibara.
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