Esto nos llena de confianza, de esperanza, sabiendo que ellos, Jesús y la Virgen, recorren el camino de la vida junto con nosotros, con todos los cubanos, los de ayer, los de hoy y los de mañana.
Les doy la bendición de Dios. Para ello, les invito a inclinar la cabeza y, a cada una de las breves invocaciones, respondan: ¡Amén!.
- Que el Señor Jesús y la Virgen Madre vayan delante de ustedes para guiarlos. ¡Amén!.
- Vayan junto a ustedes para acompañarlos. ¡Amén!.
- Vayan detrás de ustedes para protegerlos. ¡Amén!.
-
Y que Dios, siempre vaya sobre cada uno de ustedes para bendecirlos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡ La Caridad nos une ! ¡ A Jesús por María ! ¡ Virgen de la Caridad del Cobre, ruega por nosotros !