Fernando Fernández Garrido, contemplando en el patio de su humilde, pero honrada casa, un cerdo un sorprendido ante el cantar de un sinsonte posado en las ramas de un granado, nos deleita con:
EL Sinsonte y el Cerdo
Un cerdo desde el corral
atentamente escuchaba
A un sinsonte que cantaba
desde un cercano rosal.
como a su juicio era mal
ejecutado aquel trino
asi le dijo, vecino
su canto es de mal sabor;
y le contesto el cantor :
oiga, usted, señor cochino
el que no le haya gustado
mi canto, no es de extrañar,
lo que pudiera asombrar
es que fuera de su agrado,
no es su gusto delicado
para saborear mi trino,
su paladar no es tan fino
para apreciar su valor,
pues la musica, señor,
no es comida de cochino.
Colaboro con esta publicacion Ramón Antonio Pérez Burton