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Esta es tu bandera, si la trajiste prendida en tu corazón no la olvides. Búscale un espacio y ofrendale una flor. Concha Guerra

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Evolución de la Ganadería en el Municipio de Holguin de 1830 a 1958. Por Constantino Pupo Aguilera, Ex-Presidente de la Asociación de Ganaderos. Publicado en el Periódico Norte, 1958 2da Parte.

En el período de paz entre 1878 y 1895 nuestra ganadería mejoró bastante y sus rebaños abastecían las necesidades domésticas tales como el ganado que utilizaban los trenes de carretas que desde el puerto de Gibara conducían las mercancías al comercio de Holguín y al de el campo; el acarreo de madera en la zona del Cauto. Tambien se utilizaban caballos para el transporte de mercancía y eran numerosas las arreas que conducían los productos de la tierra a la ciudad y al puerto ya mencionado que en aquella época gozaba de un estado floreciente. En 1893 se inaugura el ferrocarril de Gibara a Holguín hoy abandonado, que desplazó aunque no totalmente el tránsito de carretas y arreas.

La producción de ganado excedía al consumo interno y no había posibilidad de abrir un cauce a nuestra producción pecuaria. Naturalmente, el precio de los vacunos caballar y cerda era ínfimo; las vacas de relativa producción lechera y buena estampa se obtenían a precios que fluctuaban entre 15 y 20 pesos, los añojos 5,  logrando los ¨cabeceros¨ y ganado de dos años, alguna mejoría en los precios; una yunta de bueyes de trabajo 50 pesos. Por otra parte como no había mercado para la leche que producían las fincas se fabricaban quesos casi siempre vendidos a cambio de mercancías a 5 pesos el quintal. En este estado que en cuanto a cantidad pudieramos llamar floreciente, se encontraba la ganadería holguinera cuando se produce el llamado de Baire inicio de la guerra de Independencia.

Fue la ganadería el sustento de nuestros libertadores durante un buen período de tiempo pero al cabo se terminaron las existencias tenían que recurrir a Camagüey que proporcionaba, a regañadiente, algunos lotes de ganado.

Terminada la guerra de Independencia sólo en la parte Sur de la mencionada provincia, quedaron algunas manadas y de allí se trajeron las primeras reses para reiniciar nuestras crianzas. Empieza entonces el fomento de la Gran Empresa Azucarera The Chaparra Sugar Co. bajo la dirección del Mayor General Mario G. Menocal e importa de Venezuela unos MIL novillos para los trabajos de la Empresa que vendió a los colonos para sus labores agrícolas. En el año 1903 Don Wenceslao Infante Bidopía envia a Don Salvador Torralbas hombre de toda su confianza y experto ganadero con su hijo Arturo Infante que no hacía mucho tiempo vestía pantalones largo y compran en ese país TRES MIL novillos: en 1904 vuelve el joven Infante, esta vez acompañado del señor Alfredo Lora, a la tierra de Bolívar y trae otro importante lote de novillos y en 1906 el referido joven Infante acompañado esta vez de Andrés Pelegrín adquiere en el referido país otro gran lote de ganado. En total la Casa Infante inportó mas de OCHO MIL novillos que fueron cebados en los potreros de esa firma.

Don Leopoldo Roca Nateras y Don José Sainz traen también de Venezuela y de Tampico Mexico importantes lotes de ganado que una vez cebados fueron enviados al mercado habanero. El ganado traído de Venezuela se adaptó perfectamente a nuestro país y las reses traídas de México no dieron buen resultado.

Durante la primera intervención el ilustre patricio señor Perfecto Lacoste y Grave de Peralta, sobrino del General Julio Grave de Peralta, nombrado Secretario de Agricultura, queriendo favorecer a los desvalidos campesinos que volvían de la guerra en el mayor desamparo, importó de la Florida, EEUU una buena cantidad de ganado hembra que se repartió con relativa equidad. El ganado era de inferior calidad y pronto desapareció debido a las plagas que infectaban a la zona ganadera de donde se traían, pero indudablemente por el momento, fue una buena inyección a nuestra depauperada ganadería.

Cuando el empréstito de los 35 millones para el pago del Ejercito Libertador, algunas firmas ganaderas y comerciantes en ganado importaron de Puerto Rico y Santo Domingo varios cargamentos de vacunos que vendían a precios exorbitantes a los ingenios y necesitados libertadores, ansiosos de tener con que labrar la tierra y  proporcionarle alimentos a sus famélicas familias. Una vaca valía de acuerdo con su clase de 75 a 100 pesos; las novillas de 50 a 60 pesos.

Don Wenceslao Infante Bidopía gran conocedor del negocio ganadero y que durante la guerra era el que abastecía de carne a las tropas españolas, empieza a extender sus negocios y a adquirir las fincas más valiosas de la jurisdicción y cuando se inaugura el Ferrocarril Central que abrió posibilidades a nuestra producción ganadera, fué de los mas eficientes abastecedores del mercado nacional; así como el de la ciudad y, muy pronto, su talento comercial y extraordinaria capacidad de trabajo logró ser considerado como el ganadero mas importante de la República. Sus hijos ya entrenados en el negocio, al fallecer Don Wenceslao y siguiendo la orientación que les marcó su excelente padre, engrandecieron el nogocio y en los años 1932 y 1940 exportaron a la zona del Canal de Panamá la respetable cantidad de mas de OCHO MIL novillos con una ceba tan completa que dieron un rendimiento del 62% de carne en la zona del Canal.´

Continuará mañana.
Publicado en el Periódico Norte, Edición Monumental del Jueves 21 de Agosto de 1958.

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