El Jueves Santo la Iglesia revive la entrega de la gran herencia que el Señor nos dejó : su Cuerpo y su Sangre.
Se trata verdaderamente de una herencia sin medidas. Tener el Cuerpo y la Sangre del Señor y poder alimentarnos de Él, es tener la certeza de la vida eterna. Nuestro Señor nos deja también el sacerdocio: "hagan esto en memoria mia". Sólo el sacerdote, "in persona Christi", es quien consagra validamente, colocando sobre el altar ese gran misterio de amor.
!Pero atención!, en medio del banquete el Señor se detiene y enseña : solamente aquel que sea capaz de lavar los pies de otro, solamente aquel que sea capaz de bajarse y rebajarse o capaz de dejarse lavar los pies, es digno del pan de los Angeles.
Se trata verdaderamente de una herencia sin medidas. Tener el Cuerpo y la Sangre del Señor y poder alimentarnos de Él, es tener la certeza de la vida eterna. Nuestro Señor nos deja también el sacerdocio: "hagan esto en memoria mia". Sólo el sacerdote, "in persona Christi", es quien consagra validamente, colocando sobre el altar ese gran misterio de amor.
!Pero atención!, en medio del banquete el Señor se detiene y enseña : solamente aquel que sea capaz de lavar los pies de otro, solamente aquel que sea capaz de bajarse y rebajarse o capaz de dejarse lavar los pies, es digno del pan de los Angeles.
Colaboracion del P. Juan Carlos Zanella, Rio Grande do Sul. Brasil.
La Ultima Cena Transforma al Mundo. Video publicado por el Canal del Vaticano en You Tube. Clic en la foto.
